¿Qué Esperas Ver?          
Santiago 5: 17-18 RVR1960: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.”

Estos dos versículos son para mi profundamente retadores, porque Santiago nos cuenta que el profeta Elías, tan igual y parecido a nosotros, cuando oraba ocurrían verdaderos milagros. ¿No crees tú que tu oración tiene poder, trae cambios, transformaciones y por medio de lo que oras puedes ver milagros? Yo creo que sí, creo que tu oración y mi oración tiene el poder de transformar cualquier cosa, ¿Sabes por qué? Porque dentro de nosotros esta el inigualable y poderosísimo Espíritu Santo de Dios.

Por lo que cuando oramos con su ayuda; es decir en el espíritu, suceden cosas. Algunos de nosotros podemos frustrarnos y hasta sentir envidia cuando otros oran, porque al parecer, cuando ellos lo hacen TODO sucede. Pero es que la oración de ese siervo o sierva tiene un detalle maravilloso, está conectada con la voluntad de Dios, esta conectada con el cielo, con el corazón del Padre y con su deseo. Acto seguido me preguntarás, ¿Cómo puedo orar así?

Te contaré uno de mis secretos para orar en mi intimidad con Dios, cuando estamos cara a cara siempre le digo: Padre que no salga de mi boca nada que no provenga de tu voluntad y si es así, no dejes que abra mis labios. Que no prevalezca mi carne mientras oro, sino tu espíritu. Amén.
Por eso te invito a que ores de esa forma en tus propias palabras, y sé sin dudar que tus oraciones cambiarán y tus ojos verán manifestados la voluntad de Dios en tu vida, en los tuyos y todo lo que te rodea. Insiste, persiste y seguro tus ojos verán.  

Devocionales Refúgiate en su palabra, Casa de Refugio(TAS)

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