LA PUERTA DEL MULADAR

LA PUERTA DEL MULADAR

“Reedificó la puerta del Muladar Malquías hijo de Recab, gobernador de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos” NEHEMÍAS 3:14 RVR1960

Este pasaje nos habla de parte de la labor trascendental que llevó a cabo Nehemías en la ciudad de Jerusalén, se trata de la restauración de otro de los portales de la ciudad llamado “La Puerta del Muladar” recibiendo éste tal apelativo, dado a que era por aquí por donde toda la basura, junto con el estiércol de personas y animales eran arrojados fuera de la ciudad de Jerusalén, incinerados y finalmente arrastrados en parte por las corrientes del río Cedrón; afluente cuyo nombre hace alusión a algo oscuro, enturbiado quizás por ser finalmente la cloaca de esta gran urbe, puesto que  allí se despedían las  impurezas de un pasado en ruinas, para dar paso a la restauración de la naturaleza, mediante su desembocadura en el Mar Muerto, lugar único del planeta donde su gran concentración salina (10 veces por encima del promedio del océano), lo cual nos habla de la capacidad de purificación de la naturaleza al llevarse todo desecho y convertirlo en abono.

Al igual que la Ciudad de Jerusalén, todo creyente requiere un proceso de reedificación y purificación, para deshacerse de aquello que no le sirve, que le impide avanzar y que se manifiesta en comportamientos que desagradan a Dios, haciéndole expeler en el espíritu un olor nauseabundo cual muladar. Tales conductas son: el odio, el resentimiento, la arrogancia, la soberbia, envidia, egoísmo, la maledicencia entre otros, tal como lo sustentan las escrituras: “Pero ahora desechad también vosotros todas esas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca, no mintáis los unos a los otros; puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó” Colosenses 3:8-10

Lo importante de ir desechando lo que no nos sirve es que con este proceso le abrimos espacio a nuestra verdadera restauración, recibimos aquello que nos nutre, que nos reedifica, que nos permite ser conforme a la imagen del Señor Jesús y de acuerdo a los designios de Dios; logrando por medio de la oración, el clamor y el ayuno no reincidir, es decir, trancando firmemente así los cerrojos que dan al muladar; Es por esta razón que Nehemías encomendó a Malquías no solo levantar la puerta sino que le hizo especial énfasis en el refuerzo de sus cerrojos y cerraduras, toda vez que si la cerradura  no es eficaz, aquello que desechamos pretenderá entrar de nuevo a nuestra vida, para opacar y entorpecer nuestra relación creciente con Dios. En conclusión, no podemos pretender ser restaurados sino hemos sido purificados, pues el pecado en nuestra vida es fuente de destrucción.

Señor, permítenos no solamente desechar de nuestra vida todo aquello que no proviene de ti, sino ir reemplazando aquellos pensamientos y actitudes que nos contaminan, por aquellos que expelen de tu hermosa compasión, bondad, humildad, mansedumbre, diligencia y paciencia; queremos con todo el corazón emanar el fragante olor del amor que tú profesas, ceñidos íntimamente a tu sublime voluntad. Amén, amén y amén.     

FJCG -Casa de Refugio

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