Nuestra Única Verdad
Juan 14:5-7 TLA: “Pero Tomás le dijo: —Señor, si no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber qué camino tomar? 6. Jesús le respondió: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. 7. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre. Y desde ahora lo conocen, porque lo están viendo”.
 
Luego de anunciar Jesús a sus discípulos que estaría preparando un lugar en el cielo para todos ellos y que volvería para llevarlos, nace esta pregunta de Tomás, quien siempre se caracterizó por cuestionarlo todo constantemente, y lo hace desde un sentimiento muy válido, ¿cómo podremos acceder a este lugar si no sabemos ni a dónde vas? Es como si fuéramos invitados a una fiesta, pero sin tener la dirección, ni el día, ni la hora; seguramente todos se estaban preguntando lo mismo, pero sólo Tomás tuvo el valor de preguntar.
 
En su respuesta Jesús les comparte una verdad que también debe regir nuestros principios en la vida cristiana: » Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre si no es por mí”. En la simpleza de esta frase están expresadas las grandes verdades de Cristo. En primer lugar, Jesús no dice yo conozco el camino, dice Yo soy el camino, y ese camino es único, estrecho, el único que conduce a Dios; no es una celebración, ni una ceremonia, no, simplemente es Él.
 
En segundo lugar, Jesús dice soy La Verdad, no dijo yo les estoy diciendo la verdad, ni mucho menos como la frase famosa en nuestro tiempo: ¡le juro por Dios que le estoy diciendo la verdad!; no, Él es la Verdad, la fuente de todo cuanto necesitamos saber porque es el Alfa y el Omega, el principio y el fin.
 
En tercer lugar la vida, pero no interpretada sobre el acto de estar vivo y respirar, es la vida desde su génesis, desde controlar la planta más básica hasta la forma de vida más compleja. Y por último, es lo suficientemente claro con este contexto para justificar el cierre, nadie viene al Padre si no es por mí, dejando en callejones sin salida a cualquier religión o secta que profese diferentes caminos para hacerlo; no, hay un solo camino, una sola verdad y vida que es: Jesús. Por tanto, nuestra fe, nuestra confianza, no está puesta en algo pasajero o efímero, o en algo perecedero, creemos a pesar de no ver, esperamos aunque el reloj siga corriendo, porque lo hacemos con esperanza, en Aquel que es digno de toda confianza, el único Dios incomparable, el único fiel y verdadero, el único que puede llevarnos al fin máximo: el corazón de nuestro Padre.
 
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (GJ)
#MimetaesCreer
 

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