No me Avergüenzo
Romanos 1:16-17 RVR 1960: “16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
 
Hay para quienes el libro de Romanos es su manual de vida cristiana y si, esta epístola contiene enseñanzas profundas doctrinales y prácticas acerca de la fe y la vida de fe. Ahora, este pasaje es muy conocido y ha sido objeto de muchos estudios bíblicos, pero como bien sabemos, la palabra encierra tanta sabiduría que cada vez que la leemos, aunque sea el mismo pasaje, esta nos enseña cosas que no habíamos notado antes. Este es mi caso.
 
Estos dos Versículos cortos presentan uno de los mejores resúmenes del Evangelio jamás escrito por el hombre. En estos versículos Pablo da una declaración clara del poder y propósito de Dios en el mensaje del Evangelio. Esta afirmación del apóstol Pablo “PORQUE NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO” debe ser nuestra consigna natural desde que reconocemos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, pero infortunadamente, en estos tiempos en que a lo bueno se le llama malo y a lo malo se le llama bueno, ser cristianos para muchos es motivo de vergüenza. No es tan chévere ser de aquellos que dice ¡Eso no está bien”, o “eso es pecado” o “te invito a mi iglesia” o “necesitas conocer a Cristo”. La moda cristiana light es aceptar todo, y si se habla del evangelio, se habla de lo lindo, de las promesas, de los beneficios pero no del reino y de las responsabilidades que conlleva ser discípulo de Cristo para cumplir con la gran comisión.
 
Hay muchos agentes cristianos encubiertos por el mundo que le huyen al evangelio, le huyen a la responsabilidad de ser usados para llevar palabra de salvación a los círculos donde se mueven. Conozco muchos a quienes les avergüenza incluso entregar un tratado en la calle, lo sé porque por muchos años yo fui una de esas.
 
Cuantas personas existen en el mundo que se avergüenzan de que los saluden o los identifiquen como cristianos en sus comunidades, trabajos o incluso en su familia. Esto es paradójico porque muchos no se avergüenzan de que los califiquen como ladrones, adúlteros, murmuradores, estafadores, mentirosos, borrachos, maldicientes, o cualquier otro desmérito y pecado de este mundo, pero Pablo declaraba con toda firmeza que él no se avergonzaba del evangelio y en estos versículos podemos encontrar varias razones por la cuales nosotros tampoco debemos hacerlo:
 
“Porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…” En el mundo existen muchas ideologías, muchas religiones que enseñan sus principios y que tienen como objetivo acercar al hombre a sus diferentes divinidades, sin embargo, ninguno de estos mensajes tiene el poder de salvar al hombre de la condenación eterna.
“… al judío primeramente, y también al griego…” es un mensaje que no hace acepción de personas.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” porque es un mensaje que fortalece nuestra fe y nos hace justos ante Dios.
 
Pablo nos recuerda que tenemos un Evangelio del que estar orgullosos para que el mundo vea que el mensaje de Jesucristo y Su salvación es para todos, en todas partes, sin vergüenza ni miedo. El mismo mensaje que pudo salvar entonces puede salvar ahora. El mismo poder que funcionó en los días de Pablo está funcionando en nuestros días. Todo lo que tenemos que hacer para ver la obra del Evangelio con poder es creerlo y compartirlo.
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (DS)
#MimetaesCreer

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