El Hombre de Doble Ánimo

El doble ánimo es la falta de firmeza en una persona cuyo carácter no ha sido renovado a través de la transformación del entendimiento, alguien que se encuentra en el estado del viejo hombre y su característica principal es la inconstancia. Una persona que es inconstante, lo será en todos sus caminos, en todo lo que emprenda, en cada área de su vida: familia, trabajo, congregación, finanzas.

Desde el punto de vista psiquiátrico, el doble ánimo puede preceder al trastorno afectivo bipolar en el que las personas presentan cambios inusuales, a menudo extremos y fluctuantes en el estado de ánimo, el nivel de energía, de actividad y la concentración. 

La biblia en el libro de Santiago, describe al hombre de doble animo como alguien dudoso, “…el que duda es semejante a la ola del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra… El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:6-8). Es un hombre con una fe escasa, por tanto, fluctuante, se motiva a seguir a Dios unos días y otros no, porque las dudas que traen las circunstancias superan su fe, entonces se mueve de acuerdo a ellas y no a la voluntad de Dios.

En todas las áreas de nuestra vida podemos encontrar obstáculos, ya sea provenientes de nuestra mente, de otras personas o cosas. Dios nos posiciona en un lugar, incluso en ese lugar donde él nos posiciona vamos a encontrar oposición y dificultades, pero no por esto debemos abandonar la promesa, porque ahí es donde viene el fracaso. Hay pruebas que Dios permite para fortalecer nuestra fe.

¿Sientes que estás librando una batalla en la fe?, recuerda que si Dios te envía no debes permitir que los gigantes te atemoricen, porque tu Señor es más grande que cualquier cosa. Se constante en el camino, aunque los vientos soplen, no te muevas, porque Dios está por encima de tus circunstancias, “cuando salgas a la batalla contra tus enemigos y veas caballos y carros, y pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos; porque el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto está contigo.” (Deuteronomio 20:1 LBLA)

Así que, sigue orando y esforzándote en el Señor, haciendo aquello a lo que él te ha llamado, sin importar las circunstancias. Caminar en la libertad de las promesas dadas por Dios implica creer que, a pesar de las circunstancias, la Palabra de Dios sobre nuestra vida se cumplirá. Cuando le crees a Dios sabes que la aflicción del tiempo presente no se compara con la gloria que ha de venir, Deuteronomio 31:6 (RVR 1960) nos dice: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará”.

Dios no depende de las circunstancias, él no se mueve de acuerdo a lo que nos rodea, Él es TODO, entonces permanezcamos en lo que nos ha asignado, sin que nuestro ánimo fluctué porque eso nos impide echar raíces. El desánimo es la raíz de la duda y el que duda no reconoce la soberanía de Dios. Por eso, a veces perdemos en nuestra vida, porque Dios nos direcciona a permanecer en algo y ante la primera presión huimos, somos inconstantes y nos dejamos apoderar del doble ánimo.

Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar.” (Habacuc 3:17-19 RVR 1960)

Iglesia, ¡persevera!, no permitas que el doble ánimo te arrebate la promesa. “Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman.” (Santiago 1:12 LBLA).

Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (LPGF)

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