Códigos de Conducta de la Cultura del Reino
Colosenses 3:5-6 RVR1960: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.”
 
El Señor me llama a cambiar mi vida y volver mi corazón a ÉL. Que haya un verdadero arrepentimiento me habla de cambio de conducta, cambio de hábitos, cambio de comportamientos, cambios en mi actuar, y obviamente cambio de mi corazón.

Un corazón puro es la evidencia de un corazón que está sano, para amar y aplicar todos los códigos del reino. Como embajadora de Cristo que soy, debo tener una vida ordenada y acorde a las instrucciones de conducta que todo hijo de Dios debe vivir y aplicar en la cotidianidad. Como seres que pertenecemos a una sociedad, debemos impactar con nuestro testimonio, empezando por nuestras familias, porque ésta será la evidencia de que realmente obedecemos al Señor y su Palabra que ponemos por obra. Nos regocijamos atendiendo y escuchando sus consejos que están plasmados claramente en el manual de vida o en la carta personal que Él escribió para mí, siendo compasivos, buenos administradores de todo lo que El Señor ha puesto a nuestro cuidado. Mi vida, mi hogar, el ministerio, los compañeros de ministerio, las relaciones y mis finanza son algunas de las encomiendas que Dios me ha dado.

Haced morir lo terrenal en mí, me lleva a meditar que como ser espiritual y nacida de nuevo desde el momento que El Señor rescató mi vida de la vieja manera de vivir, pongo la mira en las cosas de arriba, las del Cielo porque ellas me van a enriquecer como hija, como sierva y en los roles que tenga que asumir acá en la tierra, recordando siempre que aunque estamos en el mundo no somos del mundo, nuestra ciudadanía es de nuestra Patria Celestial, y desde acá atesoramos una vida espiritual abundante, para impactar a otros con el amor que Dios  ha derramado en  mi corazón, trayendo fe y esperanza a las vidas necesitadas del amor de Cristo.

Enriquezcamos la vida espiritual y que la dulce Presencia del Espíritu de DIOS more en nosotros, para que nuestras vidas sean fructíferas y llena de su bondad. Para ello debemos tomar esos códigos de comportamiento que tanto bien nos hacen, hablemos palabra de verdad, seamos ayudadores, llevemos las cargas, los unos de los otros, (Gálatas 6:2); generosos y compasivos, así el sello del Padre estará en nuestra vida y seremos aprobados.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (LN)

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